columna joseluisResulta indiscutible que desde que Rocha se inscribió en MORENA, por allá en septiembre del 2017 y prácticamente salió ungido como candidato a senador, emergió como la figura política preponderante de ese partido y poco a poco fue ascendiendo hasta convertirse en el sinaloense con mayor liderazgo, pasando por el senado de la república, candidato a gobernador y gobernador constitucional de Sinaloa.

 

Esa figura al principio tenía un peso específico en la política y ahora ese peso es mucho mayor, tanto que influye en todos los sectores y ámbitos de la vida sinaloense, por lo que su rol en la vida de su partido y el proyecto de la 4T es crucial, y más aún en un partido político como MORENA con escasos liderazgos estatales, en buena medida amorfo y muchos que jalan para sus proyectos personales y se olvidan de la 4T y de MORENA, al punto de llegar a ser ellos mismos los obstáculos más difíciles para el desarrollo de esa fuerza política y el fortalecimiento del gobierno que ejercen.

 

Es evidente que el gobernador tiene un partido sin dirigencia organizada, los líderes dispersos, las ambiciones desatadas y los estancos del poder que se crearon como si fueran patrimonio propio del 2018 al 2021, particularmente en Mazatlán y Culiacán, han obligado a Rubén Rocha a involucrarse directamente, en lo que parece un proceso de recomposición política la reunión con Fernando Pucheta y su corriente política.

 

En mi opinión, debe ser así la lectura de dicha reunión y no una cuestión de relaciones públicas o algo parecido, porque precisamente en 70 días de gobierno algún balance debe tener el gobernador del desempeño hasta el momento, los retos y tareas que han definido y las posibles fuerzas acumulables para enfrentarlos.

 

En un mes se cumplirán los primeros cien días de gobierno y ya deberán estar algunos resultados tangibles de los cambios que se propusieron, por lo que acierta en acercarse a grupos políticos fuera de su partido y eso es un gran logro, pero al mismo tiempo surge la pregunta ¿Y los de casa?

 

Porque si se dedica solo a construir alianzas externas y descuida la unidad, armonía y trabajo coordinado de su propio partido puede resultar que ese descuido eche a perder lo que afuera se construye, y al final del día los problemas crezcan en todos los sentidos.

 

Por supuesto que eso es elemental y se comprende, por lo que son de esperar acciones internas que aborden ese problema, que para eso se colocó en el liderazgo y poder político que alcanzó.

 

En los próximos días seguiremos viendo reuniones y diálogos del gobernador con otros actores políticos de partidos distintos a MORENA, pero deberá dar visos también de que promoverá la paz interna en MORENA y sus gobiernos municipales. De otra manera puede resultar contraproducente.