Tribulaciones de migrantes en EU
- Detalles
- Publicado: Sábado, 14 Junio 2025 07:25
- Escrito por Óscar Loza
Lo que le sale a la cara no es el hambre,
es necesidad de plenitud.
Rosario Castellanos
̶ Hoy martes voy saliendo de Los Ángeles con mi tráiler cargado como todos los días, mientras los marines entran a la ciudad, ocupándola por órdenes de Trump. ̶ Dice Paco, mi hermano. Y en su voz noto indignación y angustia por las consecuencias que la presencia de esa fuerza federal pueda tener. Entiendo la razón que le asiste, pues resulta sorprendente la decisión belicosa del presidente Trump, 4 mil elementos de la Guardia Nacional y ahora 700 infantes de marina con la tenebrosa consigna de anular toda posibilidad de manifestarse públicamente reclamando derechos humanos, de parte de la población inmigrante en Los Ángeles.
No es la única urbe donde hay amplias manifestaciones contra las redadas trumpianas. Las ciudades que alzan la voz en favor de la población migrante y contra la política que desintegra a sus familias suman 24, pero el estado de California, en especial la Ciudad de Los Ángeles, tienen una connotación única para los latinoamericanos, entre muchas otras razones por ser santuario natural para los ciudadanos de tantas partes del mundo que llegan en busca de una mejor vida. Y California sabe y asume que su prosperidad se debe sobre todo a la rica y productiva aportación de las familias que arriban de allende sus fronteras.
Y entre los millones de personas que llegaron a residir a California de manera histórica, hay decenas de miles de sinaloenses o descendientes de esta tierra de la tambora. Muchos migraron, dejando bienes, querencia, terruño, sueños y amores, por la situación de violencia que mantenía o mantiene en vilo a sus comunidades. La calidad de desplazados se convirtió en la de extranjeros al cruzar la frontera nacional, como bien dice la investigadora Mercedes Verdugo. Sin que hayan podido resolver una gran parte de sus problemas ni su estatus de residente legal y sin contar con un número del seguro social para trabajar, ni volver grupas para su tierra de origen, donde las causas que hicieron posible su partida han envejecido sin perder el vigor de los primeros días. En esas circunstancias y como una respuesta autoritaria de la administración Trump, llegan la Guardia Nacional y los marines.
El gobernador de California y la alcaldesa de Los Ángeles han protestado por la salida represora que se ha propuesto el presidente. Incluso el primero, Gavin Newsom, declaró que enviar tropas sin que lo solicite la autoridad de una entidad es ilegal. Trump fue más allá: amenaza con retirar los fondos federales destinados presupuestalmente a California. Y la respuesta de Newsom es para acalambrar al más pintado, pues señaló que lo que California paga en impuestos son 80 mil millones de dólares más de lo que recibe en fondos federales. Y señaló que quizá sea hora de cortar con ese déficit. La tierra que tanto amaron Pío Pico (el último gobernador) y el general Guadalupe Vallejo, es ahora la quinta economía del mundo y con orgullo le dice a Trump que la Federación necesita más a California, que California al Gobierno Federal.
Y la ciudad de Los Ángeles, esa megalópolis que vio morir a Jorge Negrete, no está sola en sus protestas contra la política inmigrante de Donald Trump, pues al menos otras 23 ciudades han levantado voz y puños señalando su desacuerdo. Como Seattle, San Antonio, Chicago, Las Vegas, Atlanta, Nueva York o Austin. El desafío no es pequeño, pero sí definitorio.
En la actual era trumpista muchas aristas de nuestra relación con los Estado Unidos muestran una gran interrogante, pues el futuro en ellas es la incertidumbre, sin más. No sólo son los aranceles al acero mexicano, cualquier día la mirada se vuelve contra el ganado, el tomate o los autos con participación mayoritaria no gringa. El tema migratorio domina, sin duda, todo el espectro de la relación. Lo que pasa en territorios originalmente nuestros, donde las deportaciones, la negación de servicios asistenciales y la represión son el pan de cada día, nos mantiene el alma en vilo, sobre todo para quienes tenemos familia y amigos en aquellas tierras.
Las consecuencias de la política anti migratoria también empiezan a sentirse en las ciudades mexicanas que ya está recibiendo a connacionales. Las familias repatriadas buscan que las autoridades educativas reciban en las aulas a niños y jóvenes, para que el ciclo escolar y la educación no se interrumpa por causas de deportación. Y el regreso replantea una y mil cosas: la demanda de empleo, de vivienda y de oportunidades en todos los espacios que dominan la vida económica, social, cultural y ambiental. También debe entrar en las preocupaciones el problema que implica caminar la larga travesía desde la frontera norte hasta nuestro estado.
Y las angustias que no han sido ajenas a Gavin Newsom, lo son de manera más entrañable a nosotros. El riesgo de que la represión en la calle haga detenciones y genere múltiples lesiones a los manifestantes se vuelve una realidad cada día. Y muchos lamentamos que Eric Berrios fue asesinado frente a su novia por policías en una calle de Los Ángeles. El hecho no se realizó durante una manifestación, pero el odio que se promueve desde la Casa Blanca contra los inmigrantes crea, sin duda, un ambiente enrarecido que conduce a este tipo de consecuencias. El video que muestra el crimen en vivo es muy claro. Todo ello nos invita a reflexionar sobre las graves conclusiones del Gobernador Newsom: No se trata de seguridad pública. Se trata de alimentar el ego de un presidente peligroso. Nuestra solidaridad para toda la población que es tratada como invasora en un territorio que nos fue despojado como acto de guerra. Vale.
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
X @Oscar_Loza
Xxxxx
“No se trata de seguridad pública”, escribió Newsom en X el lunes. “Se trata de alimentar el ego de un presidente peligroso”.