columna marco 20“Nunca cierres los labios a quienes has abierto el corazón”, Charles Dickens

LOS TIEMPOS

En política, los gestos hablan tanto como los discursos. Y cuando el gobernador Rubén Rocha Moya, entre bromas y complicidades, dijo en público que no veía muchas ganas en Imelda Castro de terminar su periodo como senadora, no fue una frase al aire.

Fue, en realidad, una afirmación velada: el futuro político de la legisladora morenista sigue tan vivo como su presencia en el escenario nacional.

Imelda Castro ha construido una trayectoria que no solo se sostiene en lo institucional, sino que trasciende hacia lo simbólico.

Su papel en el Senado ha sido destacado por la solidez de sus intervenciones, su capacidad de articulación y su fidelidad a los principios de la Cuarta Transformación. Es una figura que ha demostrado que se puede tener firmeza ideológica sin caer en dogmatismos, y que se puede ejercer el poder con vocación de servicio.

Y hoy, más que nunca, el contexto nacional abre una puerta poderosa: la del “tiempo de mujeres”.

No es una consigna vacía, sino una declaración de realidades. Claudia Sheinbaum lo ha dicho con claridad: México está listo para que las mujeres no solo ocupen cargos, sino que dirijan y transformen desde el poder.

Esa idea, que retumba en Palacio Nacional y en las calles, también resuena con fuerza en los estados, donde liderazgos femeninos se preparan para dar el siguiente paso.

En Sinaloa, Imelda Castro encarna esa posibilidad con legitimidad. Tiene experiencia, trayectoria y oficio político.

Pero, además, tiene algo que no se fabrica: conexión real con las causas sociales, con las luchas por la justicia y con las aspiraciones de un sector amplio de la población que busca nuevos referentes en el poder.

Su paso por el Congreso de la Unión no ha sido de bajo perfil. Ha encabezado iniciativas, ha participado en debates clave y ha sido una voz constante en temas de derechos, igualdad y transformación.

Ha sabido ser institucional cuando el momento lo ha requerido, pero también crítica cuando ha sido necesario. Ese equilibrio, tan difícil de mantener, es una de sus fortalezas.

Las palabras del gobernador Rocha no solo revelan una anécdota, sino que anticipan lo que muchos ya comentan en privado: Imelda Castro tiene condiciones para buscar la gubernatura de Sinaloa en 2027.

Y si bien aún no hay definiciones oficiales, su nombre aparece de forma natural cada vez que se habla del relevo en el Poder Ejecutivo estatal.

En un entorno político donde los liderazgos femeninos ganan fuerza, visibilidad y respeto, no es coincidencia que el presidente de la República y la próxima presidenta, Claudia Sheinbaum, hablen de romper techos de cristal.

Lo que antes parecía excepción, ahora se perfila como norma: mujeres al frente, mujeres decidiendo, mujeres gobernando.

Imelda Castro, como muchas otras morenistas, escucha ese eco y se identifica con él. No se trata de oportunismo, sino de convicción.

El “tiempo de mujeres” también es el tiempo de liderazgos como el suyo, formados en la lucha, moldeados por la experiencia y fortalecidos por la congruencia.

Por ello, pensar que su ciclo termina en el Senado es desconocer la dinámica actual. Lo suyo no es la pausa, sino la evolución.

Y si algo ha demostrado en los últimos años, es que sabe esperar los tiempos, pero también sabe cómo y cuándo actuar.

Sinaloa necesita más que nunca liderazgos capaces de mirar hacia adelante con firmeza, con sensibilidad y con visión de Estado.

Imelda Castro ha dado señales de que está lista. Y eso, sin duda, es una buena noticia para la política sinaloense y para la representación de las mujeres en el poder.

Porque sí: el tiempo de mujeres llegó, y algunas —como ella— llevan años preparándose para encabezarlo. Tiempo al tiempo.

CAMBIO DE RIELES

En una jornada cargada de simbolismo y sentido institucional, el gobernador Rubén Rocha Moya acudió al corazón de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) para atestiguar el Cuarto Informe de Labores y la toma de protesta del rector Jesús Madueña Molina.

No fue una visita más: fue la reafirmación pública de un compromiso profundo con una de las instituciones educativas más emblemáticas de la entidad.

Lejos de protagonismos o discursos políticos vacíos, el gobernador envió un mensaje de unidad y futuro: “Juntos debemos hacer que prevalezca la grandeza de la Universidad y cada vez acrecentar esa grandeza”, dijo ante una comunidad que, más allá de coyunturas, ha demostrado estar dispuesta a defender su autonomía y vocación educativa.

Rocha Moya reconoció el liderazgo de Jesús Madueña, quien fue reelecto por la propia comunidad universitaria, hecho que —más allá de lo administrativo— representa un respaldo sólido a su gestión.

Este reconocimiento no es menor en un contexto donde las instituciones públicas requieren estabilidad y conducción firme.

Pero lo más relevante del mensaje del mandatario fue su promesa clara: la UAS contará con el respaldo del Gobierno del Estado, especialmente en el aspecto económico. “Siempre van a tener el apoyo para que la universidad no se estanque.

Va a haber buenos tiempos, y esos buenos tiempos los vamos a compartir”, expresó Rocha, con tono cercano y comprometido.

Este tipo de posicionamientos son importantes porque devuelven la esperanza a la comunidad universitaria.

El compromiso de gestionar recursos para enfrentar el cierre de año, así como la coordinación próxima con el secretario de Educación, Mario Delgado, apuntan a una agenda de responsabilidad compartida y previsión institucional.

La Universidad Autónoma de Sinaloa es más que aulas y trámites administrativos. Es una entidad viva, con más de 150 años de historia, que ha formado generaciones enteras de sinaloenses.

Que hoy cuente con el respaldo del gobernador es una buena noticia no solo para quienes forman parte de la Casa Rosalina, sino para todo el estado.

En tiempos de incertidumbre, la educación pública necesita más aliados que detractores.

Y en ese sentido, Rocha Moya ha dejado claro de qué lado está. La universidad no solo se respeta: se apoya, se fortalece y se celebra. Ese es el camino correcto.

NUEVOS RETOS

La Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) ha demostrado, una vez más, que es una institución viva, con rumbo definido y con la capacidad de responder a los retos contemporáneos. En el marco de una sesión solemne del H. Consejo Universitario, el rector Jesús Madueña Molina rindió su Cuarto Informe de Labores y asumió, con legitimidad plena, un nuevo periodo rectoral para el ciclo 2025-2029.

El informe presentado no fue una simple rendición de cuentas: fue la muestra palpable de que cuando existe planeación estratégica, liderazgo académico y voluntad institucional, los resultados trascienden. Bajo el Plan de Desarrollo Institucional “Con Visión de Futuro 2025”, la UAS ha consolidado avances notables en todas sus áreas sustantivas.

En formación académica, la universidad ha sabido adaptarse con agilidad a las exigencias de la era digital, ampliando su oferta de educación continua y fortaleciendo la capacitación de su planta docente. Este enfoque no solo eleva la calidad del aprendizaje, sino que garantiza que los estudiantes sinaloenses accedan a una formación pertinente y actualizada.

En investigación y posgrado, la UAS celebra un crecimiento histórico: 615 integrantes del personal académico están registrados en el Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores, un incremento del 60% en un solo año. Este dato no es menor: es reflejo de una política institucional que ha sabido orientar el talento y el esfuerzo hacia la generación de conocimiento con impacto.

La universidad también ha fortalecido su compromiso con la cultura, la vinculación y la proyección internacional. La firma de más de 500 convenios, de los cuales 445 son con instituciones del extranjero, posiciona a la Casa Rosalina como un actor global, capaz de conectar a sus estudiantes y docentes con redes de colaboración y aprendizaje en distintos países.

Además, la mejora continua en sus procesos administrativos es tangible. La certificación ISO 9001 en 15 de los 41 procesos clave, junto con la actualización normativa de su Ley Orgánica y Estatuto General, confirman que la UAS no solo busca crecer, sino hacerlo con orden, transparencia y visión institucional.

El acto de protesta para un segundo periodo no solo legitima la continuidad del doctor Jesús Madueña Molina al frente de la institución; es también un respaldo contundente de la comunidad universitaria al rumbo que ha tomado la UAS. En tiempos de incertidumbre para muchas instituciones públicas, esta universidad sinaloense avanza con confianza, integridad y propósito.

El respaldo mostrado por el gobernador Rubén Rocha Moya en este acto —con su presencia y palabras de aliento— no pasa desapercibido. Refuerza la idea de que la educación superior debe ser un punto de coincidencia y apoyo mutuo entre gobierno y universidad.

En suma, la Universidad Autónoma de Sinaloa está transitando por una etapa de consolidación que merece ser reconocida. Los retos no desaparecen, pero hay razones fundadas para mirar el futuro con optimismo. La UAS sigue siendo, con hechos y no solo con discursos, una de las instituciones educativas más importantes del noroeste de México.