columna oswaldo villaseñor

 

Arranca el año 2020. Las expectativas son variadas, pero lo que sí es muy real, es una fuerte incertidumbre económica y social.

En estados como Sinaloa, el 2020 es el año donde quienes se consideren “supremos aspirantes” a la gubernatura, alcaldías, diputaciones locales y federales, tendrán que construir su andamiaje y estructura electoral si es que quieren cristalizar sus proyectos.

Las reglas han cambiado. A la elección se tiene que llegar con que, con una imagen y estructura construida de manera sólida que soporte los vendavales en que hoy por hoy se han convertido las campañas políticas. Hoy en las campañas ya no se suma, solo se resta y se tiene que estar preparado para que la resta no sea definitiva.

Además, el 2020 en algunos Estados, entre ellos Sinaloa, Baja California y otros más, se inicia el año con nuevos impuestos estatales como consecuencia de la concentración de recursos que hizo el Gobierno Federal en su nuevo presupuesto de egresos donde en su tiempo lo dijimos, los Estados y Municipios fueron al final de cuentas los grandes perdedores.

Los Estados y gobernadores que entendieron el mensaje se aventaron a la creación de impuestos estatales para poder compensar en parte lo que dejarán de recibir de parte de la federación, y quienes no lo hicieron, simple y sencillamente tendrán más dificultades financieras que las vividas el año pasado.

Los gobernadores ya entendieron que los apoyos extraordinarios que año con año recibían de parte del Gobierno Federal para cerrar el año, ya se acabaron. Muchos gobernadores se quedaron con un palmo de narices a pesar del fuerte sub ejercicio en el cual cayó el Gobierno de López Obrador.

Así el 2020 inicia con nuevas reglas, pero también será el año de las definiciones. Durante el 2020 los gobiernos estatales, municipales y el federal, los mismos Congresos, sabrán en función de lo que hagan, que futuro les depara en el 2020.

Los discursos por más bonitos que se escuchen, sino no concuerdan con la realidad que vive la gente, de poco servirán.

Así en este escenario, con el cual inicia el 2020, vale la pena desmenuzar el mensaje que el Presidente López Obrador le envió a la nación con motivo del fin de año de 2019 y el inicio de este 2020.

1.-La frase que más recogieron los medios de comunicación del mensaje presidencial en su intento de decir que esto ya cambió y tratar de generar confianza de que se avanza por el camino correcto, es al afirmar que durante su mandato se puso una barrera entre la autoridad y la delincuencia.

Antes, dijo el Presidente, El Chapo Guzmán tenía el mismo poder e influencia que el Presidente de la República, hoy ya no.

2.-Qué fue lo que vio la gente y nadie se lo contó ni dista para creer de un dicho o palabra de alguien. Lo que la gente vio, fue un Gobierno Federal que sucumbió ante el poder del Narco no solo con la liberación de Ovidio Guzmán, sino con las matanzas de policías en varios Estados como Guanajuato, Guerrero, Michoacán, Tamaulipas, etc.

También la gente vio en algunos casos las humillaciones a las fuerzas castrenses por parte de los narcos, o en el peor de los casos, la “camadería” entre unos y otros como se observó en un video que se hizo viral al ver como soldados y sicarios se saludan muy amigablemente en Culiacán.

Pero además, qué ve la gente a diario en su vida rutinaria. Ve a los policías protegiendo a los narco-menudistas o en el mejor de los casos siendo solo observadores pasivos de una realidad que la gente vive todos los días.

En fin, el Presidente López Obrador tiene razón cuando afirma que antes un jefe criminal tenía el mismo poder e influencia que el Presidente. La diferencia es que ahora los narcos tienen más poder que el Presidente mismo y él no ha hecho nada para cambiar la situación.

Hoy los narcos son los policías quienes guardan el orden en las comunidades, los ministerios públicos que acusan y los jueces quienes sancionan y aplican la pena de muerte. Esa es la pequeña diferencia entre lo que gente ve todos los días y el discurso del Presidente López Obrador.

2.-El presidente en su mensaje animoso, dijo que en el su primer año se había logrado ya acabar con la corrupción y la impunidad y que ya está barriendo las escaleras de arriba hacia abajo tal y como se debe de hacer.

Desde luego eso se escucha muy bien en los oídos de la gente, pero la gente vio otros datos. La gente ve como un embajador mexicano es sorprendido dos veces robando en el país al cual va representar a todos los mexicanos.

La gente ve y sabe cómo no se han licitado más del 80 por ciento de los contratos que asigna, no solo el gobierno federal, sino también en el caso de los principales municipios de Sinaloa, los gobiernos municipales de extracción morenista.

La gente vio como a pesar de las contundentes pruebas mostradas para soportar la acusación de corrupción de Bartlet, el Presidente lo exoneró y dijo apoyarlo. Lo mismo sucedió con Elba Esther Gordillo, los dirigentes magisteriales de la CNTE, Napoleón Gómez Urrutía entre muchos más.

El brazo de su justicia solo ha alcanzado a sus enemigos políticos o a políticos desalineados como ha sucedido siempre.

Pero lo peor del caso, la gente vio como cobijado bajo el manto de una postura de supuesto humanismo, el Presidente sacará de las cárceles a 300 mil delincuentes a quienes ocupará y dará trabajo ahora que legalice el mercado de la mariguana.

En fin, también hay una fuerte contradicción.

3.-El Presidente dijo que en materia económica se va muy bien, por qué no ahora no solo se tiene crecimiento económico, sino también desarrollo económico.

Lo que la gente ve, es que se han perdido ya muchos empleos producto de desalentar actividades productivas como la agricultura, la ganadería, la construcción, el turismo, sectores quienes durante el 2019 tuvieran graves caídas.

Y así como el presidente confundió primero el concepto de desarrollo económico y social con Crecimiento Económico, una vez más, el Presidente confunde lo que es el desarrollo económico y lo limita a lo que es el reparto y regalo de dinero en efectivo.

En fin, el 2020, será el año donde todas estas diferencias entre el discurso oficial y la realidad que vive a diario la gente, se pondrá a prueba. En el 2021 se llegará directo a la evaluación final.

Habrá que estar pendientes.